Donde el tiempo se detuvo…
Independencia y Combate de los pozos
El lugar es una curiosidad del
pasado donde nada, absolutamente nada ha cambiado en los últimos 90 años.
La Pompeya, negocio perteneciente a la familia de Eduardo Frate. La
fundaron sus ancestros napolitanos en 1920 y la generación actual sigue
haciendo los productos de forma artesanal, sin conservantes de ningún tipo.
Las paneras de madera son originales, al igual que el horno (hoy a gas).
Entre las especialidades de la casa se cuentan el pannone (unas hogazas de pan
casi medievales), la panetta, el colaccio y el cafone. Pero el punto fuerte es
la pastelería; los cannoli . Los hay de dos tipos: el siciliano, relleno de
ricota, pedacitos de fruta abrillantada y chocolate, y el napolitano, con
chocolate y crema pastelera, espolvoreado con azúcar impalpable. También
elaboran la tradicional sfogliatella (una especia de factura rellena de crema
pastelera), los pasticiotti (mitad crema de chocolate y mitad crema pastelera)
y la pignolata (una pasta napolitana con forma de ñoqui, hecha a base de huevo,
harina, cáscara de limón y naranja).
Otros productos son los biscotti y los cantucci, estos últimos
destinados a mojarse en Oporto o Marsala. El tiramisú, otra de las
especialidades, está hecho con vainillas bañadas en café, licor y queso
mascarpone; dicen que el que lo lleva vuelve.
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